El trek a Choquequirao es una experiencia única que combina desafío físico, belleza natural y riqueza histórica. Durante 4 días, recorrerás caminos ancestrales para llegar a una de las ciudadelas incas mejor preservadas y menos visitadas del Perú.
Choquequirao, una impresionante ciudadela inca, se cree que fue construida durante el reinado de Pachacutec Inca Yupanqui. Este sitio arqueológico cobró una importancia crucial en la historia inca, sirviendo como el último refugio de los «Hijos del Sol» cuando huyeron de Cusco.
Con los primeros rayos del sol, nos embarcaremos en nuestra aventura, ¡a las 5:30 de la mañana! Para nuestro destino: el pintoresco pueblo de Cachora.
En Cachora nos espera nuestro equipo de apoyo: arrieros locales con sus fieles mulas. Estos serán nuestros compañeros silenciosos, cargando todo lo necesario para que disfrutes al máximo la experiencia.
Nos dirigiremos al paso de Capuliyoq, donde te esperan vistas que te dejarán sin aliento como:
Tras deleitarnos con el paisaje, descenderemos hacia Chiquisca (1930m/6332f), donde pasaremos la noche bajo un cielo estrellado como pocos.
Despierta con el aroma de un desayuno energizante, porque hoy… ¡Choquequirao nos espera!
Con energías renovadas, emprendes el descenso hacia La Playa Rosalina (1550m/5085f). El sendero serpenteante te lleva a través de un paisaje cambiante, donde el aire se vuelve más húmedo y el sonido del río Apurímac crece. A 1550 metros, te encuentras con este oasis verde, un respiro refrescante antes del desafío que se avecina.
Ahora, con determinación en cada paso, inicias el ascenso épico hacia Marampata (2850m/9350f). El camino es exigente, pero cada metro ganado te recompensa con vistas más impresionantes.
Desde este punto tendremos una hermosa vista del complejo arqueológico de Choquequirao a 3033 metros de altura, la «cuna de oro» inca brilla bajo el sol de la tarde. Sus terrazas y edificios, testigos silenciosos del tiempo, te transportan a una época de gloria y misterio. Es un momento que quedará grabado en tu memoria para siempre.
Con el día llegando a su fin, estableces tu campamento a solo un corto paseo de las ruinas. Mientras la noche cae, las estrellas comienzan a brillar sobre Choquequirao, como si iluminaran el camino hacia los secretos que explorarás mañana.
Te despiertas con la emoción de estar a punto de explorar uno de los tesoros mejor guardados de los Andes.
Con la frescura del amanecer, te adentras en las ruinas. Aunque solo el 30% de este vasto complejo ha sido desenterrado, cada rincón expuesto cuenta una historia fascinante. Caminas entre terrazas y edificios, imaginando la grandeza de esta «cuna de oro» en su apogeo. Los guías comparten secretos y teorías, mientras tú absorbes cada detalle con asombro.
Tras esta inmersión en la historia inca, es hora de cambiar drásticamente de escenario. Inicias el descenso hacia las profundidades del cañón del Apurímac. El paisaje se transforma a cada paso, el aire se vuelve más cálido y húmedo.
Finalmente, llegas a San Ignacio, a 1500 metros sobre el nivel del mar, el punto más bajo de tu aventura. Aquí, rodeado por la majestuosidad del cañón, disfrutas de un merecido almuerzo.
Seguidamente emprenderás el ascenso hacia tu destino final del día: los Jardines del Carmen. A medida que ganas altura, el paisaje vuelve a cambiar. A 2000 metros, llegas a un verdadero oasis de verdor. Aquí, entre flores y vegetación exuberante, estableceremos nuestro campamento.
Al amanecer, te despiertas rodeado por la exuberante vegetación de los Jardines del Carmen. El aire fresco de la mañana está cargado con el aroma de flores silvestres y tierra húmeda, preparándote para el último tramo de tu aventura.
Mientras empezamos la caminata, el paisaje comienza a cambiar sutilmente. Te acercas al histórico señorío de Tambo bamba, situado a 2500 metros sobre el nivel del mar. Aquí, la historia colonial se entrelaza con la herencia inca. Los guías te cuentan sobre los terratenientes que gobernaron estas tierras fértiles durante siglos, transformando el valle en un paraíso agrícola famoso por su maíz dorado y sus variadas papas.
El sendero te lleva a través de pequeños pueblos que parecen congelados en el tiempo. Pacobamba aparece como una postal de la vida andina tradicional, con sus casas de adobe y techos de teja roja. Los lugareños te saludan con sonrisas cálidas, ofreciéndote un vistazo a su vida cotidiana.
Continúas ascendiendo hasta llegar a Huanipaca, a una impresionante altura de 3150 metros. Aquí, el aire es nítido y las vistas panorámicas de los Andes te dejan sin aliento. Es el momento perfecto para una última pausa, para absorber la magnificencia del paisaje que has recorrido en los últimos días.
Finalmente, abordas el bus que te llevará de regreso a Cusco.
¿Por qué elegir este Trek?
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